Había esperado tanto para que por fin el médico me revisara. Luego de visitar a casi todas la enfermera por fin el doctor dijo mi nombre. Estaba tan feliz y emocionada y bueno también un poco nerviosa. Mientras el tomaba todos mis datos yo esperaba sentada en la silla de su escritorio, luego salió y me dijo que la enfermera vendría pronto.
Cuando ella llego me dijo que me harían un Papanicolaou, la verdad nunca me han gustado ese tipo de exámenes y no porque duelan sino por lo incomodidad que uno siente, todo fue rápido y al final el doctor me dijo que en la próxima visita me diría los resultados.
Empecé a preguntarle al doctor de mis síntomas y bueno la verdad como que no le gustaba explicar mucho, fue ahí cuando me di cuenta que ese doctor no era el que yo quería tener?, perdía la paciencia cuando le peguntaba lo mismo dos veces (yo siempre pregunto dos veces para estar segura) pero él me decía “ya le dije señora”. Salí de ahí un poco desilusionada, más bien totalmente desilusionada con ese medico. Otra cosa que note es que cuando estaba ingresando algunos datos en su computador no sabía cómo hacerlo, si eso mismo no sabía cómo funcionaba el programa de su propio computador, así que llamo a otra de las doctoras para que le explicara nuevamente. Eso fue lo último que podía pasar, que el doctor estuviera confundido y sin saber que datos ingresar.
Decidí que pediría un cambio de medico pero cuando pregunte la enfermera me dijo que no era posible que los otros médicos tenían demasiadas pacientes y que era imposible un cambio.