El tiempo ha pasado muy rápido y en esta semana finalizamos nuestro tercer mes. Aun no tengo mucha barriguita, solo ha crecido un poco.
Si alguien me mira no sabría que estoy esperando un bebe, por un lado es bueno porque aun puedo usar mi ripa de siempre, por otro están mis ganas de ver crecer mi vientre. Todas las mañanas me miro al espejo a ver si hay alguna diferencia, pero nada todavía todo sigue en su lugar.
Lo de mi sueño aun no ha pasado, es igual que hace algunas semanas. Dormir es mi mayor antojo, los fines de semana me quedo todo el día durmiendo, y no estoy exagerando……todo el día durmiendo.
Mi esposo me molesta porque dice que como es posible que tenga tanto sueño, el aun no entiende que esto de estar embarazada si tiene que ver mucho con el sueño. Es algo que no puedo evitar, y como dijo mi medico «si tienes sueno duerme», yo solo estoy siguiendo sus órdenes.
Pensé que no tenía asco a nada pero ayer me di cuenta que si le tengo asco al algo que antes disfrutaba comiendo.
Uno de mis platos favoritos siempre ha sido los cangrejos, mmm…… que delicia comer unas patitas de cangrejo. Pero acabo de darme cuenta de que ya no me gusta como antes.
Mi esposo me pregunto ayer si quería ir a comer cangrejos y desde luego que respondí que sí. Cuando llegamos al restaurante mire esas patitas muy detenidamente y me di cuenta de que ya no estaban dentro de mis preferencias. Siiii…… ahora ya no me gustan, siento algo en mi estomago que empieza a dar vueltas con solo mirarlos y sentir su olor.
Al pobre de mi esposo le toco buscarme otro restaurante, porque no me iba a quedar ahí. Parece que mi olfato es casi como el de un perrito porque podía oler esas patitas de cangrejo a una cuadra del restaurante, bueno no una cuadra pero a unos pasos sí.
Ayer comprobé que si puede dejar de comer algo que antes disfrutabas comiendo.