Cuando somos mamas aceptamos muchas cosas y dentro de esas debemos aceptar que nuestros hijos se caerán y muchas veces se lastimaran. Quizás cuando sea grave habrán hasta huesos rotos pero bueno nunca sabremos qué puede pasar. He aprendido con el pasar de este tiempo que no debo desespéreme cuando Nicolás se cae y se golpea. Al principio sentía ganas de ponerme a llorar ahí con él y la verdad me ponía más nerviosa y no podía actuar rápido. Pero aunque mi hijo no ha tenido caídas graves ya se ha caído unas cuatro veces, pero la máximo que ha tenido son moretones. El único consejo que por ahora puedo dar frente a una caída es no desesperarse y más bien actuar rápido. En esta caso Nicolás se cayó y se hizo un chichón en la frente, mi primera reacción fue ponerle hielo pero como uno siempre aprende de otro padres el sábado aprendí que el mejor remedio para un golpe es una crema, la nombre la crema mágica pues ni el hielo hizo que el hinchazón se quitara tan rápido de cómo lo hizo luego de ponerle la crema. Claro que le quedo un raspón pero no fue casi nada, ahora ya ni se le nota. Así que mamas no desesperarse ni ponerse nerviosas que lo que menos tu hijo quiere es ver a su mama llorando junto a el.