Pensé que lograr que Nicolás dejara el pañal sería imposible. Había escuchado tantas historias de niños con autismo que se demoran tanto en ir al baño, 4 años o 5 años era la edad que decían pueden empezar a usar el baño. Luego de que decidí que Nicolás empezara a tratar de dejar el pañal casi a un mes puedo decir que la mitad de este propósito esta logrado. Me hace tan feliz cuando me dice piiii y me emociono mucho para que el vea que es algo genial. Los primeros días fueron muy difíciles pues el lloraba desesperado como todo lo nuevo que es para él. No quería ni que lo acercáramos a la taza del baño y se negaba a pararse frente. Poco a poco logramos que perdiera el miedo y ya se ponía en frente del toilette. Al principio empecé a llevarlo al baño cada 10 minutos, claro que a veces me olvidaba y él se hacía en su ropa interior.
Mi mamá me había regalado mucha ropa interior así que decidí ponérsela y así saber a qué hora él tenía ganas de orinar. Claro que desde el inicio se orinaba a cada rato y por supuesto que no me decía nada. Luego de algunos días ya lo llevaba cada media hora y le decía que me tiene que decir cuando tuviera ganas.
La palabra piiii se a enseñe ya hace algunos meses pues yo tocaba su pañal cuando lo cambiaba y le decía “te hiciste pipi” el trataba de decir lo mismo que yo y decía “piiii”. Ahora cada vez que ya siente ganas de ir al baño me dice “piiiiiiiiii” se ríe y se divierte mirándome correr detrás del porque muchas de las veces solo me dice por jugar y no porque realmente tenga ganas.
Cuando está en casa solo está usando ropa interior y ya se mantiene seco todo el tiempo, cuando salimos o por las noches le pongo pañal pues aun no puede pasar la noche entera sin orinarse. Lo que si me va a costar es lograr que se siente y haga el numero dos porque al igual que al principio llora desesperado cuando lo siento en el la taza del baño.
He decido que por ahora me enfocare en que me diga cuando tengas ganas de hacer pipi y ya poco a poco seguiré con el siguiente paso. En la escuela también me están ayudando así que en algún momento dejara de sentir miedo y también lo lograremos.
Aunque para muchos esto sea nada pues la mayoría de niños dejan el pañal muy pronto para mí es un logro gigante. Aunque parezca raro, disfruto cada vez que Nicolás me dice “piiii” y vamos corriendo al baño.