Y el día tan esperado al fin llego, la primera graduación de Nicolás. Una primera etapa que culmina y bueno había que festejarlo. Días atrás nos enviaron la invitación y bueno ahí estábamos papá y mamá muy orgullosos de Nicolás. Antes de empezar la ceremonia lo fuimos a mirar en su clase, él desde luego no nos miro pues los papas podemos verlos solo a atraves de una ventana con un vidrio especial el cual los niños no pueden mirar lo que hay afuera. El estaba feliz, saltando, y abrazando a sus maestras.
Finalmente ya en la ceremonia nos sentamos al frente de donde el estaría, así nos había dicho la maestra y nos sentamos en la primera fila. El peor error que cometí pues apenas Nicolás ingresaba con una de sus maestras me miro y ahí empezó todo. Lloro mucho, tan fuerte que no se podía escuchar lo que la directora decía.
Yo me sentía incomoda pues Nicolás lloraba tan fuerte y desesperado mirándome y yo
no sabía qué hacer, si me quedaba sentada seguiría gritando y entonces decidí salir de esa fila y cambiarme de lugar. Cuando miro que me levantaba lloro peor que antes y bueno ya ni me cambie de lugar y lo que hice fue sentarme junto a él. Su maestra me dijo que estaba bien que me sentara ahí y bueno como por arte de magia dejo de llorar y se quedo quieto.
Jamás quiso sentarse en su silla ni cerca de su maestra, lo que quería es estar en las piernas de mamá. Bueno al final todo el evento fue muy lindo, los niños cantaron tres canciones y cada uno salió a recibir su diploma. Ese fue el otro momento en el que Nicolás se puso a llorar nuevamente, cuando se dio cuenta que nos levantábamos, yo creo que pensó que lo dejaría.
No quiso saber de nada del diploma y ni siquiera quiso pararse, cruzo sus piernas junto a las mías para que no lo soltara. Yo si estaba feliz aunque Nicolás lloraba me sentía tan emocionada de recibir su diploma.
Se veía hermoso con su medalla y su birrete. Cuando salimos fue otra historia pues yo quería que se tomara fotos con todas su maestras y el no quería saber nada, las empujaba para que no estuvieran cerca de mí, igual las fotos las tome y en todas tiene una cara de que estaba sufriendo.
Esa carita de sufrimiento cambio cuando nos acercamos a la mesa de la comida y bueno ahí estaba más tranquilo, comiendo a gusto lo que él quería. Ya al final nos despedimos de todas sus maestras, ellas luchando por obtener un beso de Nicolás y el llorando porque no quería nada.
Ahora empieza una nueva escuela, nuevos maestros y nuevos compañeros, se que será difícil adaptarse como para todo lo nuevo pero sé que esta nueva etapa lo ayudara a seguir progresando.