Una hermosa historia que no deberias dejar de leer.
“Gracias por no hacer que repita esas horribles frases de disculpa que suelo hacer en público, gracias por entretener a Kate y hacer que su viaje en avión fuera un éxito. Por no molestarte cuando empezó a llamarte “papá” porque ni siquiera la corregiste, por no ignorarla, pero sobre todo gracias por dejar de lado tus documentos de trabajo y jugar con mi hija durante el vuelo”.
Estas fueron las palabras que Shanell Mouland escribió en su blog a quien sin conocer su nombre dedico una nota de agradecimiento luego de haber hecho algo hermoso por su hija Kate.
Una niña llena de energía, con unos hermosos ojos azules y para quien algo que parecería tan simple como un viaje en avión podría haber sido una experiencia muy incómoda.
Kate tiene autismo, una condición en la que su comportamiento muchas veces puede ser distinto a los demás niños.
En su caso, Kate es una niña muy inquieta que difícilmente puede mantenerse sentada por mucho tiempo. Shanell estaba preocupada pues tendrían que tomar un vuelo de alrededor de dos horas y media.
Ella pensaba como contralaría a su hija Kate quien al tener tanta energía era muy poco probable que se quedara sentada y mucho menos por dos horas y media que el vuelo duraría.
Shanell menciono que desde un inicio decidió sentar a Kate no junto a la ventana pues sabía que a la niña le fascinaba jugar abriendo y cerrando ventanas y que eso podría molestar mucho a la persona que se sentara junto a Kate.
Cuando ya era la hora de empezar el vuelo quien llego a sentarse junto a ellas fue un hombre de negocios, junto a él tenía su maletín, su ipad y varios documentos que seguramente pensaba revisarlos durante el viaje. Apenas el se sentó Kate trato de llamar su atención y a los pocos minutos lo empezó a llamar “papa”.
Shanell dice que ella pensó que el se molestaría y sucedió todo lo contrario. Eric quien fue el pasajero que se sentó junto a Kate, dejo de lado sus documentos de trabajo y empezó a jugar con Kate. Le mostros varias fotos de sus perros y empezó a jugar con Kate y los juegos que la niña tenia.
El tiempo pasó volando y Kate junto a Eric compartieron dos horas y media entre juegos y sonrisas.
Ojala el mundo estuviera lleno de personas como Eric Kunkel quien sin hacer preguntas o sentirse incomodo por el comportamiento de Kate hizo de su viaje un día inolvidable.
Fuente : www.abcnews.go.com