Han pasado ya más de dos años desde que Nicolás fue diagnosticado con autismo severo y varias cosas han cambiado.
Ha mejorado muchísimo en la comunicación,ira a una nueva clase con mas niños, tiene nuevas palabras, nuevas terapias, y nuevas actividades que estoy luchando por conseguir para él.
Cuando hablo de que es una lucha es porque a veces eso parecería,porque cada vez es más difícil conseguir terapias, existen muchos niños en lista de espera y otro de los grandes problemas es que quienes dan ciertas terapias no aceptan el seguro que Nicolás tiene o simplemente no toman ningún seguro y se debe pagar terapias privadas que pueden llegar a costar $150.00 tan solo por una hora.
De acuerdo a la pediatra de desarrollo de Nicolás, el necesita mínimo 10 horas de una terapia llamada ABA la cual aun sigo tratando de conseguir.
Bueno, pero mientras esperamos que yo consiga esa terapia hemos logrado mucho, conseguimos a una persona que nos ayudara a buscar por otros lados más terapias y actividades que Nicolás necesita para mejorar día a día, como clases de natación, terapia equina y algunas otras para las que ya aplicamos.
Aunque la espera puede llegar a ser de 6 meses o más lo importante es que ya estamos en una lista y que con seguridad en poco tiempo tendremos buenas noticias.
Nicolás ha mejorado mucho su vocabulario, tiene ya alrededor de 50 palabras, muchas de ellas aun no las pronuncia claramente pero las sabe. Cuenta del 1 al 10 en español y del 1 al 30 en ingles. Reconoce su nombre y lo puede deletrear así como otras palabras las cuales las puede formar con letras magnéticas o en el computador.
Algo en lo que aun debemos trabajar es en sujetar el crayón pues es algo que le molesta mucho, aunque en la escuela hace sus actividades con crayones en casa es mucho más difícil lograr que el quiera pintar o hacer algo que implique usar crayones o marcadores.
Sin duda todo este tiempo ha servido para que Nicolás mejore mucho, cuando lo miro se que todo lo que hemos hecho ha valido la pena. Miro su sonrisa y sé que cada día logramos algo nuevo.
El sigue risueño como siempre, tiene esa sonrisa que contagia y borra cualquier momento malo. Su contacto visual ha mejorado muchísimo y nos mira a los ojos y nos dice papi y mami muy claramente.
Creo que escucharlo decir “mami” en lo más hermoso que dice pues me lo dice a mí, sabe que su soy su mami y eso me encanta. Aunque ahora tiene palabras no sé si llegaremos a tener una conversación en algún tiempo pero sé que Nicolás y yo nos entendemos y que eso es suficiente.