Uno de mis mas grandes sueños es ser una maestra de pre escolar, el sueño inicio hace muchos años y es apenas cuando lo estoy haciendo. Mi interés empezó mucho antes de que Nicolás naciera, pero cuando el llego a mi vida y cuando fue diagnosticado mi interés creció muchísimo mas.
Por eso decidí estudiar para llegar a ser una maestra con el objetivo de tener una especialidad en educación especial. Mi inspiración es ese angelito que ahora duerme mientras escribo. El que jamás se ha separado de mi y el que me ha enseñado que la paciencia y el amor lo logran todo.
Pero ese angelito durante el día se convierte en un pequeño terremoto, lleno de alegría, de energía y con algunos pequeños problemas para enfocarse, para hacer tareas y para desarrollar todo lo que sabe.
El es alguien que necesita mucha ayuda, que si bien es como cualquier otro niño físicamente, en varias áreas necesita ayuda extra.
Puedo decir que ahora mismo el tiene lo que necesita, una buena escuela, una terapia extra a la que vamos una vez a la semana y quizás una nueva terapia que empezara en un mes. Pero el necesita mucho más que eso, y es lo que quiero lograr.
De todo lo que los expertos escriben y comentan, los primeros años son los más importantes en la vida de cualquier niño y desde mi punto de vista es mas en un niño con necesidades especiales.
Por eso mi loca búsqueda de una terapia de comportamiento para Nicolás. Una terapia que no ayudaría solo a que su comportamiento mejore, pero que ayudaría a desarrollar lo que él sabe y que a veces es difícil lograr que lo haga.
Aunque por ahora he dejado de buscarla después de haber intentado de todo y buscado en varios lugares esperare qué pase un tiempo hasta que quizás una nueva ley cambie y Nicolás pueda tomar esa terapia.
Decidi que ayudare una hora diaria a Nicolás como si fuera su maestra y más no su mamá. Algo tan difícil pero sé que no será imposible.
Aun no tengo los conocimientos de una persona preparada para dar esta terapia, pero viví junto a Nicolás 2 años de terapia, mirando a su maestra sentada junto a el por dos horas diarias durante 5 días a la semana.
Como olvidar esos días, si mi angelito lloraba por semanas hasta adaptarse a la rutina de su terapia. Recuerdo que mientras el lloraba en la sala yo lloraba en mi cuarto sin saber cómo ayudarlo. Como olvidar a todos esos maestros que llegaron a esta casa a ayudarme con Nicolás.
De todos ellos aprendí mucho y decidí que lo voy aplicar, estoy segura que con alguna ayuda extra como libros y videos me preparare para ser su maestra/mamá.
Por ahora sigo luchando con Nicolás, buscando actividades que le gusten y que ayuden a que el desarrolle sus habilidades pero aún falta mucho por recorrer. Quizás me tome meses, quizás jamás logre pero por lo menos sabré que lo intente.