Ayer fue un día hermoso, el clima, la compañía, y la alegría de ver a mi pequeño Nicolás disfrutar cada segundo. Desde subir y bajar la resbaladera más de 100 veces, hasta recoger manzanas, dar un mordisco a una y enseguida tomar otra. Y al final comerse más de 7 manzanas durante el tiempo que pasamos ahí.
Lugares como este son lo que necesitaríamos ir cada semana, es muy difícil hacerlo pero cada vez que podemos debemos aprovechar. Gracias Dario por la invitación, Nicolás disfruto desde que llego aunque al final como suele pasar costo sacarlo de ahí y no pudo evitar enojarse por no quedarnos más tiempo.
Gracias por esas fotos hermosas que solo reflejan la inocencia de Nicolás y su rostro lleno de felicidad.