Cuando me entere de que tenían que hacerme este examen empecé a buscar de que se trataba la diabetes gestacional. Aquí les comparto algo de lo que leí en http://www.albebe.com/cgi-bin/albebe/embarazo.pl?1204.html
La diabetes mellitus es un trastorno del metabolismo de los azúcares o carbohidratos que puede estar presente en la mamá antes de que se embarace, o bien, puede desarrollarse durante el transcurso del embarazo. Esta última es la diabetes mellitus gestacional.
Durante el embarazo circulan en la sangre de la mamá hormonas como los estrógenos y la progesterona en cantidades muy elevadas y también otras hormonas como el lactógeno placentario que no están presentes en ausencia de embarazo. Todas estas alteraciones hormonales hacen del embarazo un estado «diabetogénico», esto es, que hace a la mujer embarazada más propensa a desarrollar una diabetes.
A pesar de estas condiciones la mayoría de la mujeres cursa con un embarazo completamente normal, donde el metabolismo de los azúcares no se ve alterado.
La glucosa es el principal azúcar del cuerpo humano. Es el energético más importante para que todas las células del organismo lleven adecuadamente sus funciones. Si el metabolismo de la glucosa se encuentra alterado, ni las células de la mamá ni las células del bebé funcionarán en forma normal.
Los bebés de mujeres que cursaron con diabetes mellitus gestacional crecen en una forma desproporcionada, mucho más allá de lo esperado, tienen al nacer pesos por encima de los cuatro kilos, lo que dificulta la posibilidad de un parto normal por el tamaño excesivo del bebé. Por otra parte, la madurez de algunos de sus órganos, como el pulmón, se ve retrasada y presentan dificultades para manejar el azúcar una vez que se encuentran fuera del ambiente materno. La cantidad del líquido amniótico que los rodea está aumentada, y en el peor de los casos el bebé puede fallecer antes de nacer.
Las mujeres que cursan con diabetes mellitus gestacional tienen también ciertos riesgos como una mayor posibilidad de desarrollar una diabetes en años posteriores, mayor frecuencia de alteraciones de la presión arterial (preeclampsia), mayor frecuencia de infecciones urinarias y vaginales y mayor probabilidad de un parto prematuro.
Ahora bien, por fortuna no todas las mujeres corren el riesgo de desarrollar una diabetes mellitus gestacional. La siguiente es una lista de los que se consideran, después de un consenso médico exhaustivo a nivel internacional, como factores de riesgo:
- Mujeres mayores de 25 años.
- Tener familiares directos con diabetes mellitus (papás y hermanos).
- Mujeres que hayan tenido bebés con más de cuatro kilos de peso al nacer.
- Antecedente de la muerte de un bebé antes de nacer por causa desconocida.
- Antecedente de diabetes mellitus gestacional en embarazos previos.
- Alteración en las determinaciones de glucosa en sangre.
Todos estos factores de riesgo pueden ser detectados por el ginecólogo al momento de efectuarse la primera consulta. De ser positivo alguno de ellos deberá efectuársele a la mamá, entre las 24 y 28 semanas de embarazo, una prueba de tamizaje o escrutinio de glucosa.
Esta prueba consiste en tomar una solución con 50 gramos de azúcar. Una hora después se tomará una muestra de sangre para determinar la glucosa. Si el resultado es menor de 140 mg/dl se considera que la mamá no tiene riesgo de desarrollar una diabetes mellitus gestacional y el control de su embarazo continúa normal.
Si el resultado de la prueba es igual o mayor de 140 mg/dl se considera que está en la posibilidad de tener una diabetes mellitus gestacional pero se requiere de una prueba que lo confirme. Esta nueva prueba es la curva de tolerancia oral a la glucosa. Para ello se requiere que la mamá esté en ayunas. Se tomará una muestra de sangre para medir la glucosa y posteriormente se le dará a tomar una solución con 100 gramos de azúcar. Una, dos y tres horas después se tomarán exámenes de sangre para medir nuevamente la glucosa. Si cuando menos dos de los cuatro valores de la prueba están alterados, se diagnostica una diabetes mellitus gestacional.
La mujer con diabetes mellitus gestacional tendrá cambios en el control de su embarazo. Primero, deberá someterse a una dieta estricta para mantener el control de la glucosa. Segundo, deberá someterse a un programa de ejercicios que ayude también a mantener la glucosa en valores normales. Tercero, deberá realizarse ultrasonidos frecuentes para valorar el crecimiento del bebé y la cantidad de líquido amniótico, y se someterá a pruebas de condición fetal seriadas a partir de la semana 32. Sus consultas al médico serán más frecuentes que en un embarazo normal y se realizará continuamente exámenes de sangre para valorar el nivel de glucosa.
En ocasiones la dieta y el ejercicio no serán suficientes para mantener la glucosa en control y será necesario utilizar insulina, que es la hormona que permite la entrada de la glucosa a las células para que éstas lleven a cabo su metabolismo.
Cuanto más apegado a los valores normales de glucosa en sangre sean los valores que maneja la mujer con diabetes mellitus gestacional, mejor será la evolución del embarazo y el riesgo de complicaciones será igual al de un embarazo normal.
Como en los bebés de mujeres con diabetes mellitus gestacional la maduración del pulmón puede verse retrasada, algunos ginecólogos optarán por darle a la mamá medicamentos inductores de la madurez pulmonar fetal.
La vía de resolución del embarazo la decide cada doctor, pero si las cifras de glucosa en la mujer se han mantenido normales y el bebé no presenta datos de un crecimiento excesivo, se puede esperar el inicio de un trabajo de parto espontáneo.
Una vez que ha nacido el bebé se debe esperar a que termine el puerperio (seis semanas de posparto) para realizarle a la mamá nuevos exámenes que determinen el estado de su metabolismo de carbohidratos.